El Tartaro

jueves, 9 de julio de 2009
El Tártaro estaba situado en el subterráneo, mucho más profundo que el Hades (sin dejar de ser parte de él), era como una prisión fortificada para que nadie salga, rodeada de un río de fuego llamado Flagetón, “la entrada estaba defendida por una torre circundada de una nube tres veces más negra que la noche más sombría, y por puertas tan duras como el diamante, y tan fuertes, que los dioses mismos no podían romperlas.”[1] Este lugar era para las almas que no pasaron el juicio, para los injustos, y también para los enemigos de los dioses que eran puesto aquí.
Este es un lugar de sufrimiento gobernado por Hades que, cuenta la historia, fue creado por Zeus específicamente para encerrar a los titanes, quienes dominaban la tierra antes que los dioses del Olimpo. Pero obviamente también iban las almas de los difuntos que no habían hecho buenas acciones en vida, y habían sido sentenciados por los tres reyes jueces a ser “arrojados” al Tártaro. Y se dice arrojar una persona al Tártaro por la idea –que ya mencione más arriba- de que este se encuentra en las profundidades de la tierra mucho más allá que el Hades.


[1] E-TORREDEBABEL. http://www.e-torredebabel.com/Mitologia/mitologia-juventud/Parnaso-Infiernos-M-J.htm